sábado, mayo 11, 2013

La investigadora de los sueños


Ciudad: Berlín. Año: 1933. Charlotte Beradt decide acometer de manera clandestina una ambiciosa investigación. La joven periodista desea saber los efectos producidos por la desbordante propaganda nazi —de siembra de terror y adoctrinamiento ideológico— en el inconsciente del pueblo alemán.
Como suele ocurrir al fijarse la atención en algo preciso, los sueños más llamativos de sus compatriotas comienzan a manifestarse de formas insospechadas. Conversaciones y encuentros callejeros, diálogos ajenos y tertulias de plaza, sirven como inesperado campo para la recolección de datos. Un esfuerzo de indagación íntima que dura seis años.
Identificados y transcritos más de trescientos sueños, Charlotte Beradt se anima a ensayar las conclusiones de tan curiosa empresa intelectual. Se da cuenta, entonces, de que ninguno de los relatos oníricos obedece a depresiones personales, ni conflictos familiares, ni problemas sexuales o conyugales. Por el contrario, en todos los sueños se percibe el trauma psicológico que despertaba en los soñantes el advenimiento del Tercer Reich, el discurso de odio empleado por Hitler. El amplio catálogo de pesadillas es agrupado por la investigadora bajo la categoría de sueños políticos.
«Estos sueños políticos», escribe Charlotte Beradt, «eran particularmente intensos, sin complicación, perfectamente precisos; más aún, estaban claramente delimitados, poseían elementos compuestos de una manera generalmente coherente, con una historia o incluso una escena, que los volvía fácilmente recordables. Y en realidad permanecían en la memoria, a pesar de la tendencia general a olvidar los sueños, sobre todo aquellos que más nos molestan».
Entre los casos recabados por Beradt en el año 1934 destaca, por mucho, el testimonio de un doctor alemán que jamás pierde la oportunidad de resaltar su total desinterés por el tema político. Desde la irremontable lejanía de los tiempos idos, la voz del médico todavía nos evoca la inquietante cita tenida con Morfeo: «Eran casi las nueve de la noche. Mis consultas habían terminado y estaba a punto de recostarme en el diván para descansar. Cuando me disponía a leer un libro sobre Mathias Grünewald, los muros de mi oficina desaparecieron. Miré alrededor y descubrí con horror que, hasta donde llegaba mi vista, ningún departamento de la zona tenía muros. En ese momento, escuché una voz por altoparlante que nos decía: “¡De acuerdo con el decreto del 17 de este mes sobre la abolición de las paredes!”’. Entonces desperté…».
Otra pesadilla impactante perturba el sueño de un ama de casa berlinesa: Un agente de la Gestapo inspecciona con detenimiento la casa familiar. La indeseada visita camina de un lado a otro, con mirada amenazante. Al llegar a la cocina, el esbirro se detiene al lado de una vieja estufa, situada cerca de la mesa donde padres e hijos se reúnen para conversar. De repente, el oficial nazi abre la puerta del horno y el cachivache adquiere voz. Acto seguido, y para sorpresa de todos, la estufa comienza a repetir los chistes e insultos que, en mala hora, la familia pronunció contra Hitler y su gobierno….
País: Venezuela. Año 2013: ¿Qué pesadillas espantan el sueño de los pobres ciudadanos sometidos a una dictadura disfrazada de revolución progresista?

Etiquetas: , ,