lunes, abril 21, 2008

¿Y a ti qué te importa?


Ninguna vida resulta lo suficientemente anodina como para atajar el humano instinto de averiguar sobre sus circunstancias. Nadie precisa convertirse en una intoxicada y decadente estrella del rock para sentir de cerca las feroces dentelladas de la jauría chismosa; bichos de presa que no conocen otro método de socialización que la preguntadera recurrente e indiscreta.
No bien terminas de concluir la primera jornada de tus estudios universitarios cuando un impaciente grupo de familiares te pregunta a quemarropa en que año te gradúas. Luego, a mitad de carrera, no falta el proverbial entrometido que, disfrazado de sujeto previsor, perturba tu paz académica para inquirir -con supuesta preocupación- la fecha de inicio de tu pasantía laboral.
Una vez instalados en el puesto de trabajo debemos afinar nuestros sentidos para encarar con éxito una nueva batería de interrogantes: ¿Cuál es tu paquete socioeconómico? ¿Cuánto te pagan en primas y bonificaciones? ¿Cuánto tienes en el fideicomiso de las prestaciones sociales? ¿Cuándo harás uso de la política de préstamos hipotecarios de la empresa? ¿Cuándo compras carro? ¿Quién te tocó en el amigo secreto? ¿Cuándo te aumentan? ¿Cuándo te ascienden? ¿Cuándo te botan?
En el plano amoroso abundan también los epígonos del cantautor español José Luis Perales: ¿Y cómo es ella? ¿En qué lugar se enamoró de ti? ¿De dónde es? ¿A qué dedica el tiempo libre? ¿Cuándo se va a operar las lolas? ¿Cuándo se van a casar? ¿Cuándo van a comprar apartamento? ¿Para dónde se van de luna de miel? ¿Por qué se pelearon? ¿Cuándo se van a reconciliar? ¿Cuándo encargan el primogénito? ¿Cuándo buscan la parejita? ¿Con quién dejan a los niños? ¿Cuándo le montas cachos? ¿Cuándo metes el divorcio?
Y es que ni siquiera muerto uno consigue librarse de la curiosidad ajena. Pienso sobre todo en ese latoso grupo de cotilleros que, con tal de seguir preguntando, se arremolinan alrededor de un tablero de ouija o contratan a un médium para organizar una sesión espiritista. En verdad, lo único que parece importarles es el total sabotaje de las actividades de ultratumba: ¿Pero cómo es eso por allá? ¿Hay vida después de la vida? ¿El cielo es azul y está lleno de nubes? ¿Hay llamas en el infierno? ¿Existe el purgatorio? ¿Quién viene a buscarnos cuando estiramos la pata? ¿Con cuántos de los panas fallecidos te has encontrado? ¿Has podido conocer al jefe máximo? ¿Cuándo vuelves a reencarnar? ¿En serio esta vaina es hasta el 2021?
Tan desmedido se torna el acoso chismográfico que podemos entender cabalmente la pasión escapista del doctor Pasavento -famoso personaje del novelista Enrique Vila-Matas-, quien, cansado del hostigamiento de esas personas que «nos quitan la soledad y no nos dan compañía», llegó a señalar: “Ahora soy un más que discreto literato escondido, un narrador de escritura privada que mira desde una ventana al vacío y al mar, y sabe que si mira largo rato al abismo, el abismo acabará observándole”.
Puesto a escoger entre dos males, me quedo con aquellas personas que en su abordaje cuasiperiodístico le otorgan preferencia a las preguntas cerradas. Al menos las respuestas binarias, del tipo sí o no, nos permiten satisfacer las expectativas informativas de los interlocutores, sin necesidad de agotarnos en los detalles que supone cualquier explicación.
En un tiempo como el nuestro, signado por el boom de las redes sociales y la explosión demográfica de las telecomunicaciones, pocas cosas se han tornado más excéntricas que el deseo de cultivar un bajo perfil. Cada día se hace más evidente la “farandulización” de la vida pública; la existencia de una sociedad dispuesta a alquilar sus espacios de encuentro como plató de grabación para versiones aficionadas de reality show. Parece que para la audiencia cualquier historia es buena.
Razón no le faltó al inglés Graham Swift cuando en su deslumbrante novela El país del agua definió al hombre como “el animal que pide explicaciones, que pregunta por qué”.

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1 Comments:

Blogger Menagracia said...

Que post mas recontra buenooooooo!!! como se te ocurrio? en que te inspiraste? cuando vuelves a postear? jajaja me encanto... 20 puntos en creatividad.
Bye
Mena

12:36 p.m.  

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